Obsesionario en Gris Mayor

¿A cuántas batallas?

sábado, 30 de abril de 2011

Soñando contigo mi Amor

Final
Adiós, pues. ¿Nada olvidas? Está bien. Puedes irte.
Ya nada más debemos decirnos... ¿Para qué?
Te dejo. Partir puedes. Pero aguarda un momento...
está lloviendo. Espera que deje de llover.

Abrígate. Está haciendo mucho frío en la calle.
Ponte capa de invierno. Y abrígate muy bien.
¿Todo te lo he devuelto? ¿Nada tuyo me queda?
¿Tu retrato te llevas y tus cartas también?

Por última vez mírame. Vamos a separarnos.
Óyeme. No lloremos, pues necedad sería...
¡Y qué esfuerzo debemos los dos hacer ahora
para ser lo que fuimos... lo que fuimos un día!

Se habían nuestras almas tan bien compenetrado,
y hoy de nuevo su vida cada cual ha tomado.
Con un distinto nombre por senda aparte iremos,
a errar, a vivir solos... Sin duda sufriremos.

Sufriremos un tiempo. Después vendrá el olvido,
lo solo que perdona. Tú, de mí desunida,
serás lo que antes fuiste. Yo, lo que antes he sido...
Dos distintas personas seremos en la vida.

Vas a entrar desde ahora por siempre en mi pasado;
tal vez nos encontremos en la calle algún día.
Te veré desde lejos con aire descuidado,
y llevarás un traje que no te conocía.

Después pasarán meses sin que te vea. En tanto,
habrán de hablarte amigos de mí. Yo bien lo sé;
y cuando en mi presencia te recuerden, encanto
que fuiste de mi vida, «¿Cómo está?» les diré.

Y qué grandes creímos nuestros dos corazones,
¡y qué pequeños! ¡Cómo nos quisimos tú y yo!
¿Recuerdas otros días? ¡Qué gratas ilusiones!
Y mira en lo que ahora nuestra pasión quedó.

Y nosotros, lo mismo que los demás mortales,
en promesas ardientes de eterno amor creyendo.
¡Verdad que humilla! ¿Todos somos acaso iguales?
¿Somos como los otros? Mira, sigue lloviendo.

Quédate. ¡Ven! No escampa. Y en la calle hace frío.
Quizá nos entendamos. Yo no sé de qué modo.
Aunque han cambiado tanto tu corazón y el mío,
tal vez al fin digamos: «¡No está perdido todo!»

Hagamos lo posible. Que acabe este desvío.
Vencer nuestras costumbres es inútil. ¿Verdad?
¡Ven, siéntate! A mi lado recobrarás tu hastío,
y volverá a tu lado mi triste soledad.
Paul Geraldy.-

Escuchando: Vida

viernes, 15 de abril de 2011

Sólo con ella

Quedándome sin sonrisas por el bien de los dos, hoy la realidad se presenta con más claridad, mi vida junto a la Esperanza no encuentra norte, así que sin sopesarlo dos veces y sin preguntarle siquiera a la Luna su opinión, le digo adiós y a mi modo.
Toda una vida con ella, escuchándola sin reprochar sus silencios, y ahora con la misión de tratar de olvidarla, con sus 15 mil encantos, es tarea que se acerca a la imposibilidad, tan así que el cometido del Inter de Milán de ganar al Schalke después del 5-2, se queda ínfimo y sin importancia.
Mi mundo de fantasías que alguna vez con ella construí y aquel camino de baldosas amarillas que quizás no fue el más bello, pero fue el que más veces caminé a su lado, se cae en pedazos, y sólo quedan los recuerdos.
Aunque, la elegiría nuevamente, y le cantaría coplas bajo su ventana hasta romperme la voz, pues sólo con ella detuve palomas al vuelo, y sólo a ella le dejaría elegir mi shampoo.
Sin sutilezas y sin miedo a las repercusiones que pueda acarrear, mi confesión de hoy: así como un aldehído en presencia del hidrógeno se reduce a un alcohol primario, mi vida sin tu sonrisa se reudce a nada.
Esperanzas. Con mi Corazón. Sin Daños a Terceros.

Escuchando: Todo lo que puedo decir

martes, 5 de abril de 2011

Y sin embargo

Cansado de esperar a que el destino juegue limpio y deje de ser tan malevolente, mi ser, inquietado por las ocasiones en la que la puede ver sonreír, se divierte entre los suspiros que se escapa de su boca de fresa.
Y a pesar de que se rebusca y desea encontrar como sea, una estrategia que le permita poder ser un poco más valiente, ha aceptado, de que llegará aquel día en que su canto sea sólo para él.
Dejando de hablar de mí en tercera persona, y perdido entre progresiones aritméticas, he llegado a la conclusión de que la única razón eres Tú. Tú eres todas mis razones.
Hoy, la Luna que se jactaba de ser la protagonista de todos mis sueños y delirios ha dado un paso al costado y ha cedido su lugar a la amante inoportuna de turno (entiéndase la soledad), que por supuesto ya tiene todo planeado, solo busca un mejor puesto para ver más de cerca como de una vez por todas se retira mi esperanza.
Sin embargo, los latidos de mi corazón son inversamente proporcionales a la distancia en que ella se encuentra, así que, a mi corazón y con mis silencios, sólo espero lo mejor.
Saludos a la chica que me escribe e-mails, gracias por la comprensión, y perdón por las desapariciones sin explicación alguna, no es nada personal, son negocios.


Escuchando: Usted