Obsesionario en Gris Mayor

¿A cuántas batallas?

sábado, 9 de julio de 2011

Igual que una Estrella

Sonriendo ante esta conjunción de palabras inútiles que estoy a punto de escribir, se van afianzando entre miles de suspiros, los momentos en que mi corazón cobarde se disfraza de valiente y se atreve a decir que no encontrarla en mis sueños es como nunca amanecer.
Son esos momentos en que la ilusión se las ingenia y le gana de antemano a la razón, y al final termina coleccionando ideales utopías de un Tú y Yo.
Esos momentos en que la Luna con la luz que irradia borra todo rastro de que alguna vez la soledad era la compañera inesperada, y la felicidad sin que nadie lo sospeche, pone de a poco su dictamen final: Que el Sol deja de alumbrar cuando sus ojos no veo.
La dicha y el contento, han instalado casa a escasos metros míos, quieren acompañarme, quieren que yo sea feliz, quieren que disfrute de estas vacaciones de invierno. Por cierto, jamás le di la bienvenida correspondiente a este señor, que ya hizo presencia, mis salutaciones, siga así.
La Copa América y sus puros empates, que aunque parezcan monótonos y desabridos demuestran que, la vida es la cosa mejor que se ha inventado.
A ella, que es el motivo que a mi amor despierta, y que en este invierno de melancolía, llega tarde, pero llega a mi corazón.

Escuchando: Esta cobardía

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